miércoles, 3 de marzo de 2010

iluminación

(del lat. illuminatĭo, -ōnis)

Ella pensaba que todos deberíamos tener un árbol de Bo como Siddhārtha. Un árbol de la iluminación que nos echase una mano con las dudas. Pero llegar al punto al que llegó Buda no es fácil. Para él, la gran iluminación fue averiguar que para liberarnos del sufrimiento, debemos comenzar por nosotros mismos. Porque el sufrimiento nace del deseo y lo que nos pone tristes es no conseguir lo que deseamos. Así que es tan sencillo y tan complicado como ser capaces de desear sólo lo que se quiere desear, ser dueños de nuestros propios deseos y no al revés. La pregunta del millón es ¿cómo sabemos cuáles son los deseos que podemos conseguir? los que no nos harán sufrir...

sábado, 13 de febrero de 2010

tiempo

(del latín tempus)

Era una de esas tardes de sábado que dedicas el tiempo a ordenar papeles. De esas tardes en las que te ayuda estar haciendo cosas manuales, prácticas, porque parece que uno se preocupa menos cuando mantiene ocupadas sus manos. Ella encontró la caja llena de recortes de revistas que nunca se decide a tirar. Porque hubo un tiempo en que hacía collages y se dedicaba a recortar aquí y allá objetos, palabras... casi siempre cosas pequeñas. Sólo una vez recortó un texto de un artículo casi entero, que se titulaba 'tiempo al tiempo'. En aquel momento Ella era demasiado joven para identificarse porque no le había dado tiempo a tener muchas experiencias, pero era tan bonito que lo recortó. Ahora, al releerlo, Ella pensó que lo entendía demasiado bien. Se arrepintió de no haber recortado la firma también, porque le era imposible recordar el nombre del escritor. Aunque sus palabras permanecen.

Tiempo al tiempo
No conozco tu rostro, tu edad, tu cuerpo ni tu biografía, dama abstracta y presumiblemente desolada. Doy por supuesto que tu voluntario, pragmático o sufriente rechazo del otro sexo lo ha provocado el desamor, el hastío, la traición o un exceso de heridas que todavía no han cicatrizado en tu corazón. Habías nacido para el amor pero también para la guerra, para entregarte a la pasión y para el ataque más feroz si te sientes acorralada, esclavizada o degradada por aquellos que no mimaron el amor que les diste. Te largaste tú, pero ya conocías el lamentable significado de la palabra 'decepción', la perpetua guerra entre la realidad y el deseo, la perdurabilidad de la magia. Te hiciste amiga de tu soledad y con frecuencia la odiaste. Te quisiste y te sentiste perdida. Tenías hambre de vida aunque ya conocieras el significado de la supervivencia. Rompiste más de un corazón y alguna vez estuviste a punto de que volvieran a arañar el tuyo. Conociste la legalidad sin glamour y el canalleo con gracia, las apariencias brillantes y la autodestrucción llorona. Oíste infinitas quejumbres de fulanos que se tiraban contigo el rollo de la amistad y el desamparo, cuando sólo pretendían follarte. Te hartaste, te encerraste en ti misma, renunciaste a encontrar la plenitud al lado de un hombre. Sé que tu huelga es pasajera, que volverás a salir a la vida después de conocer su anverso y su reverso, que tu piel volverá a erizarse y tu imaginación a soñar, que recorrerás un camino largo y dificultoso, pero que volverás a amar y ser amada.

lunes, 10 de agosto de 2009

zigzag

(del alemán zick-zack, que da idea de sinuosidad pensado en forma de "Z")

dos zigzag iban haciendo su particular trazado por la vida. lleno de ángulos imperfectos. un día por cosas del destino sus caminos se juntaron. al principio zigzagueaban en paralelo. y de vez en cuando, dada la imperfección de su trazo, algunos de sus picos chocaban. cuando esto ocurría saltaban chispas. eran chispas de amor. y de rabia. porque querían estar más juntos y no sabían cómo hacerlo sin chocar. los dos llevaban demasiado tiempo serpenteando solos... hasta que un día también por cosas del destino, sin saber cómo ni por qué, se produjo una mágica superposición. la superposición es al zigzag lo que hacer el amor al ser humano. les gustó tanto que decidieron zigzaguear por la vida siempre superpuestos. y ahora nadie sabe quién es quién. sólo ellos. porque caminan tan unidos, línea contra línea, ángulo contra ángulo, con un mismo trazo imperfecto pero compenetrado, que parecen un solo zigzag. Ella piensa que encontrar tu alma gemela debe ser algo parecido a esto...

sábado, 8 de agosto de 2009

yoyó

(del francés joujou, juguete)

Cuando su padre le regaló el yoyó nuevo ella se volvió loca. No sólo subía y bajaba, sino que tenía lucecitas multicolor y hacía ruidos estridentes. Era perfecto para ella porque podía pasar el tiempo a oscuras iluminando sus fantasías a ritmo de yoyó. Pero duró poco porque gastaba muchas pilas. Y enseguida lo sustituyó por el flamante tocadiscos, que también le regaló papá. Un maletín portátil de color naranja que era la bomba y en el que ponía singles de lo más yeyé. Y a oscuras soñaba. Inventaba historias en las que siempre siempre siempre, incluso a pesar de los tortuosos obstáculos, su nopríncipe la deseaba y la amaba, y al final todo terminaba bien y ella era rescatada de sus miedos. Menos mal. Es lo que tienen de bueno los sueños. El caso es que todavía guarda en un cajoncito de la habitación del pueblo su yoyó. No, no lo tiró. Ella nunca se deshace de lo especial. Y cada verano cuando abre el cajón, coge su yoyó lumínicoestridente. Sólo para mirarlo. Y sonríe. Porque piensa que su yoyó y ella se parecen mucho. Ella también sube y baja sin parar y se ilumina y hace ruiditos estridentes. Y acaba con el pelo alborotado... Ella es "la chica yoyó".

lunes, 27 de julio de 2009

xerografía

(De xero-, del gr. ξηρο- que significa 'seco', y de -grafía, del gr. -γραφία y la raíz de γράφειν, escribir)

Se sentía como si fuese una xerografía de ella misma. Una reproducción muy fiel en lo físico pero completamente plana. Y aunque cada día ganaba un poco en relieve, no veía el momento de recuperar su manera imperfecta y loca de ver la vida, de volver a mirar hacia su mundo de matices multicolor. El desencadenante había sido una gran decepción. Pero la raíz era mucho más profunda. Recordó lo que su madre le decía una y otra vez. "La vida es bonita de por sí". Y era tan cierto... Pero es verdad que algunas decepciones dejan una herida más profunda que otras en tus convicciones. La herida ya no sangraba. Pero la cicatriz estaba ahí recordándole lo tontos que podemos llegar a ser y, de vez en cuando, como pasa cuando te has roto algo y cambia el tiempo, sentía un dolor punzante. Igual al que sintió aquel día en el que se dio cuenta de que a veces por mucha energía que inviertas en alguien, no sirve de nada. Como decían en la película The Edukators, "los hay que nunca cambian". Por eso se sentía completamente plana. Porque ella sí pensaba que es posible cambiar, y que "cada corazón es una célula revolucionaria". Pero con esta visión de las cosas, se sentía más sola que nunca.

martes, 14 de julio de 2009

walquiria

(Del al. ant. Walkyrien)

"No llores". Le dijo a la chica que tenía al lado. "Que no pasa nada". La verdad es que ella tenía las mismas ganas de llorar pero como se le adelantó su compañera, no le quedó más remedio que hacer el papel de valiente. No les dio tiempo a hablar mucho más. Enseguida llegó el enfermero y se la llevó. Al fondo a la derecha había otra chica. Se miraron y sonrieron con una de esas sonrisas de complicidad que van acompañadas de mirada triste. También se la llevaron enseguida. Ella se quedó sola. Cuando estás sola en una sala de preoperatorio te fijas en los detalles más absurdos. "El cartelito éste del cuerpo humano es realmente cutre. Hay un fluorescente roto en el techo. El suelo es feo de narices... Tengo miedo". Te sientes indefensa. Un poco "nadie" con la autoestima por los suelos. Porque aparte de la preocupación, estás desnuda con una sabanita enana y hace frío. Llevas un gorro de ducha verde con patucos verdes gigantes, que no ayuda mucho. Y te tira la aguja de la vía que te han puesto para la anestesia. Estás mal, en una palabra. Pero de repente, llega el enfermero y tienes suerte. Es simpático. "Bueno, pues vamos para allá", le dijo. Era de los que te transportan a toda velocidad. Y ella sintió que era su momento de gloria. Allí iba volando volando por el pasillo cual walquiria, eso sí, sin caballo y en camilla. "Qué tío más loco", pensaba, pero le sacó la sonrisa. "Aquí os la dejo", dijo el camillero.

Era la primera vez que ella entraba en una sala de operación. Igualito que una cámara frigorífica. Y dentro había varios hombres todos vestidos de verde. Pensó que iban a juego con su gorro de ducha verde y sus patucos verdes, lo cual era todo un detalle. La cogieron entre dos y la pasaron a la mesa de operaciones. La sabanita se movió, claro, pero ellos se la volvieron a colocar con cuidado. "Gracias, gracias", pensaba ella. "Dios, qué vergüenza". Que si ahora pon las piernas así, muévete un poco acá... "Qué hacen, me están atando los brazos en cruz", pensaba sin ser muy consciente de nada. La postura que acabó teniendo era surrealista. Y encima rodeada de focos. Y como es un poco payasa incluso en situaciones límite como esa, no se le ocurrió otra cosa que decirles a cirujano, anestesista y enfermeros... "Esto parece una peli porno". Consiguió las carcajadas del equipo. "Sí, y tú eres la protagonista, jajaja", dijo el anestesista. Y acto seguido le explicó... "Ahora te voy a inyectar la anestesia ¿vale?". En esos segundos, es verdad eso que dicen de que pasan por tu cabeza un montón de cosas a toda velocidad. Cosas que has hecho y has dejado de hacer. Incluida la pregunta de ¿y si no despierto? Pero la anestesia actuó tan rápido que ella ya no recuerda más. Bueno, sí, que despertó. Y que es una mujer guerrera de corazón fuerte y noble proceder capaz de cabalgar en camilla, y de levantarse cada vez que se cae.

domingo, 5 de julio de 2009

vínculo

(Del lat. vincŭlum)

"Piérdete. Desaparece. Esfúmate. Me tienes harta!". zzzz zzzz zzzz zzzz zzzz. Mientras intentaba echar a semejante bicho, ella apartaba la cortina de la ventana con una mano, y con la otra daba bandazos para indicarle por dónde salir. "No me obligues a ir a por el matamoscas. Sal...". zzzz zzzz zzzz zzzz zzzz. Nada, que no se iba. "Tú lo has querido. Me tienes muy mosqueada". Nunca mejor dicho. Fue a la cocina a buscar el matamoscas. Y regresó decidida a acabar con la tortura nocturna, aunque ella no estaba muy por la violencia ni tratándose de un insecto. Pero todo tenía un límite. "Y ahora... ¿dónde estás? Será cobarde!". Volvió a meterse en la cama. Apagó la luz... zzzz zzzzz zzzzz zzzzzzzzz "¡JODEERRRRRR! ¿Otra vez? Vete a comerle la oreja a otra, cobardica!" zzzzz zzzzz zzzzz zzzz. "¡O das la cara o te callas de una vez!". Y asombrosamente el moscón calló. Encendió la luz y ya no estaba. Desapareció. Se esfumó. "Lo que yo decía, un cobarde". Ella pensó que llevaba un buen rato hablando con un moscón que no la entendía. Y que quizá él también intentaba decir cosas que ella no entendía. Puede que incluso existiese un vínculo entre ellos... pero cuál... apagó la luz y pensando todo esto por fin se quedó dormida... Zzz zzz...