lunes, 27 de julio de 2009

xerografía

(De xero-, del gr. ξηρο- que significa 'seco', y de -grafía, del gr. -γραφία y la raíz de γράφειν, escribir)

Se sentía como si fuese una xerografía de ella misma. Una reproducción muy fiel en lo físico pero completamente plana. Y aunque cada día ganaba un poco en relieve, no veía el momento de recuperar su manera imperfecta y loca de ver la vida, de volver a mirar hacia su mundo de matices multicolor. El desencadenante había sido una gran decepción. Pero la raíz era mucho más profunda. Recordó lo que su madre le decía una y otra vez. "La vida es bonita de por sí". Y era tan cierto... Pero es verdad que algunas decepciones dejan una herida más profunda que otras en tus convicciones. La herida ya no sangraba. Pero la cicatriz estaba ahí recordándole lo tontos que podemos llegar a ser y, de vez en cuando, como pasa cuando te has roto algo y cambia el tiempo, sentía un dolor punzante. Igual al que sintió aquel día en el que se dio cuenta de que a veces por mucha energía que inviertas en alguien, no sirve de nada. Como decían en la película The Edukators, "los hay que nunca cambian". Por eso se sentía completamente plana. Porque ella sí pensaba que es posible cambiar, y que "cada corazón es una célula revolucionaria". Pero con esta visión de las cosas, se sentía más sola que nunca.