1 (Del lat. Luna porque su aparición se atribuía al influjo de este astro)
2 (Del lat. lunāris, perteneciente a la luna)
Ella nació un lunes bajo el influjo de la luna. Tiene un lunar en la espalda. No es el único lunar que tiene pero sí uno de los más grandes. Su horóscopo dicen que es el signo de los lunáticos, seres que padecen locura, no continua, sino por intervalos. Ella pensaba que quizá sí era un poco lunática. Pero sobre todo, lo que ella era es un ser completamente lunar.
Moon River, wider than a mile,
I'm crossing you in style some day.
Old dream maker, you heartbreaker,
wherever you're going I'm going your way.
Two drifters off to see the world.
There's such a lot of world to see.
We're after the same rainbow's end,
waiting 'round the bend, my huckleberry friend,
Moon River and me...
martes, 27 de abril de 2010
arcoíris
(Del lat. arcus + iris)
Se avecinaba tormenta pero ella todavía no lo sabía. Igual que no sabía que esa tormenta marcaría por fin un "ya no hay vuelta atrás". Aquella tarde había salido de compras. La época de rebajas estaba avanzando y no se había dado ningún capricho. Compró un vestido y una camiseta Mamatayoe. Dos "trapitos" -como solemos decir las chicas- con adornos de fieltro y con cinta ziz-zag de colores. Tenían un aire muy gracioso, muy en su estilo más de niña que de mujer. Colorines. A ella le encantaban los colorines. Al caminar hacia casa, se echaron encima unos nubarrones grises de tormentón de verano. Es sorprendente cómo a veces sin buscarlo entran en nuestra vida personas grises que pueden llegar a absorber lo mejor de nosotros para convertirlo en energía negativa. Entran disfrazados de luz y color y cuando te han deslumbrado, por sorpresa, comienzan a minar tu autoestima, como si no pasara nada, como si te lo estuvieras inventando. Ella pensaba que el peor error es creer que puedes conseguir que un espíritu gris se pase al lado colorista. Los espíritus grises no suelen cambiar. Pondrás lo mejor de tu parte, confianza, ilusión, amistad... pero es una búsqueda de lo inexistente. Aceptar la derrota duele porque nos hemos dejado mucha energía en el camino. Pero hay que aceptarlo y salir corriendo sin mirar atrás.
Al llegar a casa, Ella estaba empapada. El tormentón le había pillado de lleno. Decidió darse una ducha. Y ya, más relajada, se probó la ropa. Estaba guapa. Se reconoció "mágica". La música que salía a todo trapo de un coche le hizo asomarse a la ventana. Ya escampaba. Miró hacia el cielo y sí, allí estaba el arcoiris. Luego miró al suelo y sí, la luz había creado un deslumbrante sendero. Con el arcoiris, el sendero, la música, su ropa nueva... así, asomada a la ventana, se sintió la protagonista de la película. Fin.
Se avecinaba tormenta pero ella todavía no lo sabía. Igual que no sabía que esa tormenta marcaría por fin un "ya no hay vuelta atrás". Aquella tarde había salido de compras. La época de rebajas estaba avanzando y no se había dado ningún capricho. Compró un vestido y una camiseta Mamatayoe. Dos "trapitos" -como solemos decir las chicas- con adornos de fieltro y con cinta ziz-zag de colores. Tenían un aire muy gracioso, muy en su estilo más de niña que de mujer. Colorines. A ella le encantaban los colorines. Al caminar hacia casa, se echaron encima unos nubarrones grises de tormentón de verano. Es sorprendente cómo a veces sin buscarlo entran en nuestra vida personas grises que pueden llegar a absorber lo mejor de nosotros para convertirlo en energía negativa. Entran disfrazados de luz y color y cuando te han deslumbrado, por sorpresa, comienzan a minar tu autoestima, como si no pasara nada, como si te lo estuvieras inventando. Ella pensaba que el peor error es creer que puedes conseguir que un espíritu gris se pase al lado colorista. Los espíritus grises no suelen cambiar. Pondrás lo mejor de tu parte, confianza, ilusión, amistad... pero es una búsqueda de lo inexistente. Aceptar la derrota duele porque nos hemos dejado mucha energía en el camino. Pero hay que aceptarlo y salir corriendo sin mirar atrás.

sábado, 13 de marzo de 2010
bicho
(del dialect. bicho, y éste del lat. bestĭus, bestia)
Se preguntaba el porqué de esa manera suya de ser. Tan metida en su mundo. Siempre, bueno, casi siempre, le costaba salir y relacionarse. Arrancar. Luego, es cierto que, una vez con los amigos, disfrutaba como el que más. Pero su primer instinto era quedarse en casa o salir a dar un paseo sola o tomar un café al sol sola o incluso hacer alguna escapada sola. Ella pensaba que su comportamiento se salía de lo común. Porque vivía en plan Wall-e, como si fuera el único habitante del planeta Tierra. Aunque a veces se enfada por ser así, está aprendiendo a aceptarse como lo que es. Un bicho raro.

miércoles, 3 de marzo de 2010
iluminación
(del lat. illuminatĭo, -ōnis)
Ella pensaba que todos deberíamos tener un árbol de Bo como Siddhārtha. Un árbol de la iluminación que nos echase una mano con las dudas. Pero llegar al punto al que llegó Buda no es fácil. Para él, la gran iluminación fue averiguar que para liberarnos del sufrimiento, debemos comenzar por nosotros mismos. Porque el sufrimiento nace del deseo y lo que nos pone tristes es no conseguir lo que deseamos. Así que es tan sencillo y tan complicado como ser capaces de desear sólo lo que se quiere desear, ser dueños de nuestros propios deseos y no al revés. La pregunta del millón es ¿cómo sabemos cuáles son los deseos que podemos conseguir? los que no nos harán sufrir...

sábado, 13 de febrero de 2010
tiempo
(del latín tempus)
Era una de esas tardes de sábado que dedicas el tiempo a ordenar papeles. De esas tardes en las que te ayuda estar haciendo cosas manuales, prácticas, porque parece que uno se preocupa menos cuando mantiene ocupadas sus manos. Ella encontró la caja llena de recortes de revistas que nunca se decide a tirar. Porque hubo un tiempo en que hacía collages y se dedicaba a recortar aquí y allá objetos, palabras... casi siempre cosas pequeñas. Sólo una vez recortó un texto de un artículo casi entero, que se titulaba 'tiempo al tiempo'. En aquel momento Ella era demasiado joven para identificarse porque no le había dado tiempo a tener muchas experiencias, pero era tan bonito que lo recortó. Ahora, al releerlo, Ella pensó que lo entendía demasiado bien. Se arrepintió de no haber recortado la firma también, porque le era imposible recordar el nombre del escritor. Aunque sus palabras permanecen.
Tiempo al tiempo
No conozco tu rostro, tu edad, tu cuerpo ni tu biografía, dama abstracta y presumiblemente desolada. Doy por supuesto que tu voluntario, pragmático o sufriente rechazo del otro sexo lo ha provocado el desamor, el hastío, la traición o un exceso de heridas que todavía no han cicatrizado en tu corazón. Habías nacido para el amor pero también para la guerra, para entregarte a la pasión y para el ataque más feroz si te sientes acorralada, esclavizada o degradada por aquellos que no mimaron el amor que les diste. Te largaste tú, pero ya conocías el lamentable significado de la palabra 'decepción', la perpetua guerra entre la realidad y el deseo, la perdurabilidad de la magia. Te hiciste amiga de tu soledad y con frecuencia la odiaste. Te quisiste y te sentiste perdida. Tenías hambre de vida aunque ya conocieras el significado de la supervivencia. Rompiste más de un corazón y alguna vez estuviste a punto de que volvieran a arañar el tuyo. Conociste la legalidad sin glamour y el canalleo con gracia, las apariencias brillantes y la autodestrucción llorona. Oíste infinitas quejumbres de fulanos que se tiraban contigo el rollo de la amistad y el desamparo, cuando sólo pretendían follarte. Te hartaste, te encerraste en ti misma, renunciaste a encontrar la plenitud al lado de un hombre. Sé que tu huelga es pasajera, que volverás a salir a la vida después de conocer su anverso y su reverso, que tu piel volverá a erizarse y tu imaginación a soñar, que recorrerás un camino largo y dificultoso, pero que volverás a amar y ser amada.

Tiempo al tiempo
No conozco tu rostro, tu edad, tu cuerpo ni tu biografía, dama abstracta y presumiblemente desolada. Doy por supuesto que tu voluntario, pragmático o sufriente rechazo del otro sexo lo ha provocado el desamor, el hastío, la traición o un exceso de heridas que todavía no han cicatrizado en tu corazón. Habías nacido para el amor pero también para la guerra, para entregarte a la pasión y para el ataque más feroz si te sientes acorralada, esclavizada o degradada por aquellos que no mimaron el amor que les diste. Te largaste tú, pero ya conocías el lamentable significado de la palabra 'decepción', la perpetua guerra entre la realidad y el deseo, la perdurabilidad de la magia. Te hiciste amiga de tu soledad y con frecuencia la odiaste. Te quisiste y te sentiste perdida. Tenías hambre de vida aunque ya conocieras el significado de la supervivencia. Rompiste más de un corazón y alguna vez estuviste a punto de que volvieran a arañar el tuyo. Conociste la legalidad sin glamour y el canalleo con gracia, las apariencias brillantes y la autodestrucción llorona. Oíste infinitas quejumbres de fulanos que se tiraban contigo el rollo de la amistad y el desamparo, cuando sólo pretendían follarte. Te hartaste, te encerraste en ti misma, renunciaste a encontrar la plenitud al lado de un hombre. Sé que tu huelga es pasajera, que volverás a salir a la vida después de conocer su anverso y su reverso, que tu piel volverá a erizarse y tu imaginación a soñar, que recorrerás un camino largo y dificultoso, pero que volverás a amar y ser amada.
lunes, 10 de agosto de 2009
zigzag
(del alemán zick-zack, que da idea de sinuosidad pensado en forma de "Z")
dos zigzag iban haciendo su particular trazado por la vida. lleno de ángulos imperfectos. un día por cosas del destino sus caminos se juntaron. al principio zigzagueaban en paralelo. y de vez en cuando, dada la imperfección de su trazo, algunos de sus picos chocaban. cuando esto ocurría saltaban chispas. eran chispas de amor. y de rabia. porque querían estar más juntos y no sabían cómo hacerlo sin chocar. los dos llevaban demasiado tiempo serpenteando solos... hasta que un día también por cosas del destino, sin saber cómo ni por qué, se produjo una mágica superposición. la superposición es al zigzag lo que hacer el amor al ser humano. les gustó tanto que decidieron zigzaguear por la vida siempre superpuestos. y ahora nadie sabe quién es quién. sólo ellos. porque caminan tan unidos, línea contra línea, ángulo contra ángulo, con un mismo trazo imperfecto pero compenetrado, que parecen un solo zigzag. Ella piensa que encontrar tu alma gemela debe ser algo parecido a esto...
dos zigzag iban haciendo su particular trazado por la vida. lleno de ángulos imperfectos. un día por cosas del destino sus caminos se juntaron. al principio zigzagueaban en paralelo. y de vez en cuando, dada la imperfección de su trazo, algunos de sus picos chocaban. cuando esto ocurría saltaban chispas. eran chispas de amor. y de rabia. porque querían estar más juntos y no sabían cómo hacerlo sin chocar. los dos llevaban demasiado tiempo serpenteando solos... hasta que un día también por cosas del destino, sin saber cómo ni por qué, se produjo una mágica superposición. la superposición es al zigzag lo que hacer el amor al ser humano. les gustó tanto que decidieron zigzaguear por la vida siempre superpuestos. y ahora nadie sabe quién es quién. sólo ellos. porque caminan tan unidos, línea contra línea, ángulo contra ángulo, con un mismo trazo imperfecto pero compenetrado, que parecen un solo zigzag. Ella piensa que encontrar tu alma gemela debe ser algo parecido a esto...

sábado, 8 de agosto de 2009
yoyó
(del francés joujou, juguete)
Cuando su padre le regaló el yoyó nuevo ella se volvió loca. No sólo subía y bajaba, sino que tenía lucecitas multicolor y hacía ruidos estridentes. Era perfecto para ella porque podía pasar el tiempo a oscuras iluminando sus fantasías a ritmo de yoyó. Pero duró poco porque gastaba muchas pilas. Y enseguida lo sustituyó por el flamante tocadiscos, que también le regaló papá. Un maletín portátil de color naranja que era la bomba y en el que ponía singles de lo más yeyé. Y a oscuras soñaba. Inventaba historias en las que siempre siempre siempre, incluso a pesar de los tortuosos obstáculos, su nopríncipe la deseaba y la amaba, y al final todo terminaba bien y ella era rescatada de sus miedos. Menos mal. Es lo que tienen de bueno los sueños. El caso es que todavía guarda en un cajoncito de la habitación del pueblo su yoyó. No, no lo tiró. Ella nunca se deshace de lo especial. Y cada verano cuando abre el cajón, coge su yoyó lumínicoestridente. Sólo para mirarlo. Y sonríe. Porque piensa que su yoyó y ella se parecen mucho. Ella también sube y baja sin parar y se ilumina y hace ruiditos estridentes. Y acaba con el pelo alborotado... Ella es "la chica yoyó".

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