jueves, 2 de diciembre de 2010

alboroto

(Quizá del latín volūtare, agitar, cruzado con alborozar, que procede del árabe hispánico alburúz, que a su vez viene del árabe clásico burūz, parada militar previa a una expedición)

Ella tenía cosquillas en el estómago. Sólo podía pensar en su superhéroe. Era un superman misterioso por el que había comenzado a sentir una atracción de esas de "no me preguntes cómo ha pasado". El caso es que superman había llegado volando a su cabeza y se había plantado ahí con la pancarta "no, no, de aquí no me moverás". Se le hacía raro ver a superman en plan piquete pero en estas cosas del amor, una no puede elegir. Llega y llega. Por supuesto, con tanto alboroto mental Ella no era capaz de pensar claro. Así que decidió no pensar. No pensar era algo realmente nuevo. Iba contra su natura de pensatriz. Pero es que Ella estaba harta de hacer lo que se suponía que debía hacer una pensatriz. Al dejar de pensar comenzó a sentir más fuerte las cosquillas en el estómago. Con tanta cosquilla le dio un ataque de risa que, a su vez, desencadenó un ataque de lágrimas. A Ella le gustó tanto la experiencia, ese alboroto de sensaciones, que decidió a partir de ahora pensar menos. Y quizá debería cambiarse el nombre a Sensatriz...