jueves, 9 de septiembre de 2010

regadera

(Del lat. rigāre con sufijo -dera, variante popular de -torĭus)

Más de las 4 de la madrugada y seguía despierta. Tampoco es que fuera algo raro en Ella, de naturaleza irremediablemente noctámbula. Pero es que a la mañana siguiente yo tenía que madrugar porque asistía a un webinar, uno de esos talleres-seminario que se transmite vía web. Y claro, si Ella pensaba, a mí me tocaba escribir. Y si al menos estuviera pensando algo interesante... En fin, que Ella estaba como una regadera.
Lo estamos. Las dos.

martes, 31 de agosto de 2010

rebelde

(Del lat. rebellis)


Ella dejó de querer ser diferente cuando descubrió que siendo una del montón era mucho más libre para hacer cosas diferentes.

miércoles, 25 de agosto de 2010

bicicleta

(Del lat. bi-, dos o dos veces, y de cyclus, éste del gr. κύκλος, círculo. En inglés se adoptó como bicycle y en francés como bicyclette en 1880, de donde deriva en español)

Primero fue una Bianchi que papá le trajo de Alemania. Tenía las ruedas gruesas en plan todoterreno y era diferente a las demás bicis del pueblo. Con los años, llegó la BH. Azul. La compraron en "casa Gilsanz". También se transformó en una bici diferente porque su padre cambió el timbre por una bocina gigante que sonaba de miedo, inconfundible. Su padre viajaba mucho porque era conductor de autocar y siempre traía sorpresas de Europa que eran lo último. Pero se la acabaron robando en un verano que se puso de moda pasar con una furgoneta por los pueblos y arramplar con toda bici viviente. Fue un gran disgusto aunque al año siguiente papá la llevó a "casa Filín" y eligieron una flamante BH de ruedas más grandes. Verde. Allí sigue, en el cobertizo de la casa del pueblo. Cada verano su padre la sigue poniendo a punto para Ella, como si todavía fuera una niña. Y cuando Ella llega, lo primero que hace es ir a verla. "¡Salgo a dar una vuelta con la bici!", grita desde el patio. Es comenzar a pedalear y todo cobra una dimensión distinta. Como si nada pudiese afectarle. Este verano fue especial porque Ella vivió un reencuentro con las cosas sencillas de la vida, un estado de no-complicación. Y a la hora de marchar, sintió lo mismo que cuando era pequeña. No quería irse. Ya subida en el coche de papá, mientras se alejaban, se giró para ver cómo las casas se iban perdiendo para dar paso a los campos de girasoles, a los pinares... y, tal y como ocurrió durante muchos años atrás, brotaron las lágrimas.

domingo, 27 de junio de 2010

lunar

1 (Del lat. Luna porque su aparición se atribuía al influjo de este astro)
2 (Del
lat. lunāris, perteneciente a la luna)

Ella nació un lunes bajo el influjo de la luna. Tiene un lunar en la espalda. No es el único lunar que tiene pero sí uno de los más grandes. Su horóscopo dicen que es el signo de los lunáticos, seres que padecen locura, no continua, sino por intervalos. Ella pensaba que quizá sí era un poco lunática. Pero sobre todo, lo que ella era es un ser completamente lunar.



Moon River, wider than a mile,
I'm crossing you in style some day.
Old dream maker, you heartbreaker,

wherever you're going I'm going your way.
Two drifters off to see the world.

There's such a lot of world to see.
We're after the same rainbow's end,

waiting 'round the bend, my huckleberry friend,
Moon River and me...


martes, 27 de abril de 2010

arcoíris

(Del lat. arcus + iris)

Se avecinaba tormenta pero ella todavía no lo sabía. Igual que no sabía que esa tormenta marcaría por fin un "ya no hay vuelta atrás". Aquella tarde había salido de compras. La época de rebajas estaba avanzando y no se había dado ningún capricho. Compró un vestido y una camiseta Mamatayoe. Dos "trapitos" -como solemos decir las chicas- con adornos de fieltro y con cinta ziz-zag de colores. Tenían un aire muy gracioso, muy en su estilo más de niña que de mujer. Colorines. A ella le encantaban los colorines. Al caminar hacia casa, se echaron encima unos nubarrones grises de tormentón de verano. Es sorprendente cómo a veces sin buscarlo entran en nuestra vida personas grises que pueden llegar a absorber lo mejor de nosotros para convertirlo en energía negativa. Entran disfrazados de luz y color y cuando te han deslumbrado, por sorpresa, comienzan a minar tu autoestima, como si no pasara nada, como si te lo estuvieras inventando. Ella pensaba que el peor error es creer que puedes conseguir que un espíritu gris se pase al lado colorista. Los espíritus grises no suelen cambiar. Pondrás lo mejor de tu parte, confianza, ilusión, amistad... pero es una búsqueda de lo inexistente. Aceptar la derrota duele porque nos hemos dejado mucha energía en el camino. Pero hay que aceptarlo y salir corriendo sin mirar atrás.
Al llegar a casa, Ella estaba empapada. El tormentón le había pillado de lleno. Decidió darse una ducha. Y ya, más relajada, se probó la ropa. Estaba guapa. Se reconoció "mágica". La música que salía a todo trapo de un coche le hizo asomarse a la ventana. Ya escampaba. Miró hacia el cielo y sí, allí estaba el arcoiris. Luego miró al suelo y sí, la luz había creado un deslumbrante sendero. Con el arcoiris, el sendero, la música, su ropa nueva... así, asomada a la ventana, se sintió la protagonista de la película. Fin.

sábado, 13 de marzo de 2010

bicho

(del dialect. bicho, y éste del lat. bestĭus, bestia)

wall-eSe preguntaba el porqué de esa manera suya de ser. Tan metida en su mundo. Siempre, bueno, casi siempre, le costaba salir y relacionarse. Arrancar. Luego, es cierto que, una vez con los amigos, disfrutaba como el que más. Pero su primer instinto era quedarse en casa o salir a dar un paseo sola o tomar un café al sol sola o incluso hacer alguna escapada sola. Ella pensaba que su comportamiento se salía de lo común. Porque vivía en plan Wall-e, como si fuera el único habitante del planeta Tierra. Aunque a veces se enfada por ser así, está aprendiendo a aceptarse como lo que es. Un bicho raro.

miércoles, 3 de marzo de 2010

iluminación

(del lat. illuminatĭo, -ōnis)

Ella pensaba que todos deberíamos tener un árbol de Bo como Siddhārtha. Un árbol de la iluminación que nos echase una mano con las dudas. Pero llegar al punto al que llegó Buda no es fácil. Para él, la gran iluminación fue averiguar que para liberarnos del sufrimiento, debemos comenzar por nosotros mismos. Porque el sufrimiento nace del deseo y lo que nos pone tristes es no conseguir lo que deseamos. Así que es tan sencillo y tan complicado como ser capaces de desear sólo lo que se quiere desear, ser dueños de nuestros propios deseos y no al revés. La pregunta del millón es ¿cómo sabemos cuáles son los deseos que podemos conseguir? los que no nos harán sufrir...