miércoles, 29 de septiembre de 2010

cuatro

(del lat. quattŭor)

... "así que, a disfrutar, que la vida son tres días". Salió del Centro de Pontones diciéndose que efectivamente la vida son tres días, tres... y tres son multitud. Y tres eran los cerditos y los tres mosqueteros. Luego estaban les tres bessones -las tres mellizas- aunque a Ella le gustaban más the powerpuff girls -las supernenas-, que también eran tres. Tres semáforos para llegar al portal. Y tres pisos para subir a casa. Ella siempre comía a las tres. "A la una, a las dos y a las tres!" (broma que hace papá). Así que se sirvió una copita de vino, vino de tres hojas, mientras cocinaba una comidita rica para celebrar las buenas noticias. Puso el CD Alegria de Antònia Font, y aunque le hubiese gustado elegir la canción número tres, eligió la cuatro. Es su favorita. Nada es perfecto, menos mal. Alpinistes-samurais, cosas más raras...

jueves, 9 de septiembre de 2010

regadera

(Del lat. rigāre con sufijo -dera, variante popular de -torĭus)

Más de las 4 de la madrugada y seguía despierta. Tampoco es que fuera algo raro en Ella, de naturaleza irremediablemente noctámbula. Pero es que a la mañana siguiente yo tenía que madrugar porque asistía a un webinar, uno de esos talleres-seminario que se transmite vía web. Y claro, si Ella pensaba, a mí me tocaba escribir. Y si al menos estuviera pensando algo interesante... En fin, que Ella estaba como una regadera.
Lo estamos. Las dos.